SANTO DOMINGO.- El compositor y cantante dominicano Juan Luis Guerra estuvo en tres ocasiones a punto de separarse de su grupo, 4.40, aunque la ruptura nunca llegó a producirse, relató el periodista dominicano Euri Cabral en su libro.
El autor de ‘Juan Luis Guerra y 4-40: merengue y bachata a ritmo de poesía y compromiso’, que será presentado el lunes en Santo Domingo, reveló en una entrevista con Efe algunos detalles de la obra, que definió como «un ensayo biográfico» en el que analiza «el valor» de este artista y su relación espiritual con la figura de Jesús.
Cabral relató en el libro que Guerra, quien cumple 51 años, estuvo a punto de separarse de su grupo 4.40 tres veces, una de ellas cuando la cantante Maridalia Hernández abandonó la formación y otra cuando murió el músico Ángel Miró Andujar, ‘Catarey’.
También hubo una tercera ocasión en la que estuvo a punto de materializarse la ruptura, pero «impulsada por los demás integrantes» la relación se mantuvo, explicó Cabral.
Otro detalle poco conocido de la vida de Guerra que narra el autor del libro es que el intérprete de ‘La Bilirrubina’ fue elegido como uno de los cincuenta mejores estudiantes de la Facultad de Música de Berklee, en Boston, donde cursó sus estudios.
«Es el único dominicano, de los que han estudiado en ese centro, y el tercer latinoamericano escogido entre los 50 estudiantes más sobresalientes», explicó Cabral.
Para este escritor y economista, amigo personal de Guerra, la gran aportación del artista a la música latina es haber creado «un merengue para los pies y para la cabeza».
«Tradicionalmente, el merengue era solo para la diversión, para bailar y para divertirse, pero Juan Luis crea un merengue para pensarlo», destacó.
Además, «convirtió la bachata, que era un ritmo dominicano marginado, en un ritmo internacional».
«Y a ambos ritmos, al merengue y a la bachata, los ha convertido en poesía. Él ha agregado la poesía a estos dos elementos y les ha elevado la calidad», afirmó.
En cuanto a la relación entre Guerra y 4.40, consideró que se han convertido «en la expresión de la dominicanidad» y de su música en el mundo, pero consideró que «lógicamente el líder es Juan Luis».
«Por eso su trascendencia y su calidad, por eso pasa por encima de todo el mundo», señaló Cabral, quien resaltó que Guerra siempre se ha mantenido vinculado al grupo, porque entiende que se trata de «un proyecto colectivo que ha dado resultado para toda la nación dominicana».
Otra de las claves de la historia de Guerra es la figura del productor Bienvenido Rodríguez, a quien calificó de ‘Rey Midas del merengue’ y con quien el autor de ‘Bachata Rosa’ ha trabajado durante veinte años, según el comunicador.
«Juan Luis tiene muchísima calidad, como muchos artistas dominicanos, pero si no hubiera encontrado ese soporte que fue Bienvenido Rodríguez, no hubiera trascendido como ha trascendido», sostuvo.
El autor, sin ser sensacionalista, ha querido también tocar en este libro algunos aspectos humanos del músico, como la relación con su esposa, su «temor» a la hora de salir al escenario (pese a hacerlo desde hace 25 años) y su pasión por el baloncesto, heredada de su padre, quien fue un destacado jugador de este deporte.
De carácter reservado y tímido, Juan Luis Guerra, quien se considera a sí mismo como un músico «antimercado», disfruta del tiempo libre con amigos en su casa, pues «no le gustan las grandes concentraciones», relató el autor, quien lo describió como un hombre «extremadamente perfeccionista».
El también relata anécdotas de Guerra, quien en una ocasión dejó a su madre dentro de su automóvil para hacer unas compras y regresó a su casa sin ella, en transporte público.
Para elaborar este trabajo, que también es una investigación sobre la historia del merengue y la bachata, Cabral acumuló material durante 17 años y dedicó algo más de uno a la redacción final.
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